En el taller de Coia Ibà ñez Ferrater
¿Cómo definirÃas tu obra?
Es una obra con un lenguaje muy personal de carácter simbólico, donde se encuentran representadas tanto emociones más abstractas como diferentes historias rodeadas de ambientaciones clásicas. La perspectiva está basada en la proporción de los elementos y en cómo se relacionan entre ellos, ya que cada elemento del cuadro es significativo y forma parte de la narración pictórica. Los relieves y las texturas tienen un protagonismo esencial, con la intención de que el tacto también participe en el juego de la comunicación. En cuanto a las influencias, pienso que los cambios de la vida nos van marcando nuestra manera de ser, de pensar, de sentir y también el discurso de la obra y la manera de trabajar. En este sentido, me ha influido el lugar de nacimiento: los paisajes y la cultura mediterránea por un lado, pero también el entorno urbano y, por tanto, el modernismo. Luego, también me han sido importantes los viajes que he ido haciendo durante mi edad de formación, en la que me marcaron tanto la cultura oriental (TurquÃa, Egipto, Irán, Jordania, Libia, Túnez, Israel, LÃbano, Chipre...) como la occidental (la visita de varios paÃses europeos me permitió conocer más profundamente las pinturas de vanguardia), pasando también por la cultura clásica grecorromana. Más adelante, también me ha sido significativo el contacto con la cultura asiática durante mis visitas de la China clásica, Camboya y Vietnam. Esta última influencia juega un papel muy importante desde el punto de vista de luz y color en mis últimos trabajos.
"Vivo la pintura como la herramienta para poder entender, expresar y compartir todo aquello que me emociona desde todos los puntos de vista, desde el más terrenal al más espiritual".
¿Nos podrÃas explicar cómo es tu proceso creativo?
Todo empieza con una impresión o sensación que de alguna manera me emociona y me mueve a sumergirme a ella para entenderla y poder crear todo un universo simbólico y poético a su alrededor, todo ello para plasmarla a otra realidad más fÃsica y palpable y que entre en diálogo conmigo y el público. La obra se va gestando desde el momento que se enciende esa chispa de emoción, para luego pasar a preparar los diferentes elementos u objetos que formarán parte de la narración pictórica y tener a punto colores, herramientas y tierras para poder trabajar los diferentes relieves, pigmentos y tipos de aglutinantes que
utilizaré, asà como todo lo que mentalmente preveo que podré necesitar para el juego con texturas, formas y elementos cromáticos que caracteriza mi obra. Y, evidentemente, buena música para estructurar el trabajo: aquÃ, la obra de J.S. Bach siempre me acompaña, para
mà es mano de santo.

¿Cuándo y por qué razones empezaste a pintar?
Para poder definir mi obra se debe contemplar la doble formación artÃstica que he recibido. Por un lado, desde la infancia y por tradición familiar, una educación musical clásica en la especialidad de guitarra y pedagogÃa musical (aprendes conceptos de forma, estructura, abstracción, armonÃa, ritmo, mundo simbólico o el valor expresivo que tiene la intensidad del gesto). Y, por otra parte, la formación en procedimientos pictóricos y pintura mural que me ha propiciado poder trabajar en diferentes técnicas y soportes, lo que poco a poco ha ido construyendo y enriqueciendo una manera personal de trabajar donde el papel de la materia y las diferentes texturas son un rasgo caracterÃstico desde un principio.
¿Cómo ha evolucionado tu trabajo a lo largo de los años?
Desde un inicio he trabajado con una base matérica. La evolución viene por acumulación de experiencias: vas buscando la perfección hasta que te das cuenta que es en la imperfección donde está la gracia y, desde ese momento, empiezas a moverte desde otros parámetros. En un principio era conceptualmente más abstracta y gestual, y los colores, la materia y la luz cogÃan forma y movimiento como si fueran música. Más tarde comenzaron a entrar en escena personajes y sÃmbolos concretos y esquemáticos, rodeados de paisajes y pequeños detalles imaginariamente inspirados en rincones del mundo descubiertos en mis viajes. La luz siempre ha sido un elemento importante en la narrativa de muchas de mis obras, aunque en ocasiones puede ser sustituida por colores intensos y en otras puede estar incluso ausente. En las colecciones más recientes toda la narración está sumergida en la luz y son el color y las texturas brillantes las que también asoman la cabeza para respirar de una forma más sutil y más Ãntima.