Las esculturas de Jesús Curiá no dejan indiferente a nadie, sobre todo por la manera tan personal de representarlas, ya que para él aquello importante es poner de manifiesto que la figura humana es esencial a la hora de fusionar el pasado con el presente, o lo que es lo mismo, crear una especie de atracción estética que provoque en el espectador la sensación de encontrarse dentro de un mundo donde la realidad y lo intangible se confunden (Ramón Casalé, historiador y crítico de arte)